No bebas café nada más levantarte: las razones por las que los expertos lo piden
El 76% de los españoles toman café en el desayuno
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El café es una de las bebidas más populares del mundo, apreciado por su capacidad para mejorar la capacidad de concentración y estar más alerta. Según la Universidad Harvard, el café ofrece un amplio abanico de beneficios para la salud, siempre y cuando se consuma con moderación. Con un alto contenido en cafeína, vitamina B2, magnesio, polifenoles y diterpenos, el café puede ayudar a reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Los estudios han demostrado que el café puede disminuir la incidencia de diabetes en un 12% por cada dos tazas diarias, y un consumo moderado puede estar asociado con un menor riesgo de muerte prematura.
Sin embargo, el café también tiene sus inconvenientes, sobretodo cuando se consume en exceso. Puede provocar ansiedad, insomnio, problemas estomacales y aumentar el ritmo cardíaco. Los expertos aconsejan el consumo de café descafeinado para personas sensibles a la cafeína, hipertensas o mujeres embarazadas. La mejor forma de prepararlo es con la proporción adecuada de café molido y agua, y es mejor beberlo recién hecho para disfrutar al máximo de su sabor. La FDA sugiere que el límite diario de cafeína para un adulto sano es de 400 miligramos, equivalente a unas tres o cuatro tazas de café, pero este límite se debe ajustar en función del estado de salud y la tolerancia de cada persona.
Por qué no debes beber café nada más levantarte
El café, esa bebida tan apreciada por su capacidad para despertarnos por las mañanas, es un verdadero placer para muchos. En España, donde el café es parte integral de la rutina diaria, el 76% de la población lo incluye en su desayuno. Sin embargo, recientes investigaciones sugieren que el momento ideal para disfrutar de tu primera taza puede no ser tan inmediato como todo el mundo piensa.
Un estudio de la Universidad de Bath revela que consumir café justo al despertar puede tener efectos negativos sobre los niveles de azúcar en sangre. Según la investigación, tomar café inmediatamente después de una noche de sueño ininterrumpido puede elevar los niveles de glucosa en sangre, afectando a la salud metabólica. Por este motivo, los expertos sugieren que esperar al menos una hora después de levantarse para tomar la primera taza de café del día. Durante este tiempo, el cuerpo puede equilibrar sus niveles de cortisol, la hormona que regula el estrés y la energía.
Además, la acumulación de adenosina, un neurotransmisor relacionado con la somnolencia, también juega un papel relevante. Como explica el profesor Andrew D. Huberman, la acumulación de adenosina disminuye con el tiempo, por lo que esperar un poco antes de consumir cafeína puede potenciar sus efectos estimulantes. Esta estrategia se alinea con la idea de que tomar café cuando los niveles de cortisol están en su nivel más alto puede reducir el impacto positivo de la cafeína y desarrllar una mayor tolerancia.
Para disfrutar al máximo de los beneficios del café, es aconsejable tomarlo entre las 9:30 y las 11:30, unas horas después de levantarse, cuando los niveles de cortisol han comenzado a estabilizarse. Esto permite aprovechar al máximo la energía que ofrece el café sin forzar el cuerpo ni aumentar el riesgo de desarrollar una tolerancia excesiva.
Así funciona la cafeína
La cafeína, que se encuentra en el café, té, chocolate negro y algunas bebidas energéticas, actúa bloqueando los receptores de adenosina en el cerebro, un neurotransmisor que indica la necesidad de sueño.
Al unirse a estos receptores, la cafeína evita que la adenosina produzca su efecto somnoliento, lo que puede engañar al cerebro haciéndole creer que no está tan cansado. Aunque la cafeína afecta a las mismas áreas cerebrales que la cocaína, su impacto es mucho menor y su consumo puede llevar al desarrollo de tolerancia y síndrome de abstinencia si se interrumpe de manera abrupta.
El cortisol, conocido como la hormona del estrés, juega un papel crucial en la capacidad para despertarse por la mañana. Esta hormona tiene variaciones naturales a lo largo del día, aumentando significativamente al despertar. El cortisol nos prepara para afrontar el día movilizando reservas de glucosa y aumentando la alerta.
Sin embargo, tomar cafeína justo al despertar puede aumentar aún más los niveles de cortisol, sumando el efecto de la cafeína al pico natural de cortisol y potenciando los niveles de estrés. A largo plazo, un cortisol elevado de forma crónica puede contribuir a problemas como la hipertensión, diabetes y obesidad, y afectar negativamente el bienestar general.
Para maximizar los beneficios de la cafeína y evitar efectos negativos, lo mejor es esperar al menos una hora después de despertar para tomar café. Para quienes buscan alternativas para despertarse sin necesidad de tomarse un café, es recomendable exponerse a la luz natural, hacer ejercicio por las mañanas o tomar una ducha fría, que ayudan a elevar los niveles de cortisol de forma natural y proporcionan una dosis de energía.